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Mi padre usa gafas y es electricista. Mi madre cocina jodi**mente bien e implantó en mí el sentimiento de culpabilidad en un 100% uploaded.
¿Quién podría haber sospechado de ellos?
Era una oscura, oscura noche y volvíamos en coche de Huelva a Punta Umbría, un trayecto de solo 15 minutos y en el que, casualmente, hizo falta parar a repostar.
—Suena un violín, nada apaciguador—
Yo tenía 9 años y, aunque ya no leía los rótulos de los establecimientos por la calle, seguía siendo una niña inocente, una niña que tenía a sus padres como ejemplo de amor y confianza. Por esto mismo, despreocupada, avisé de que iba al baño un momentito.
Transcurridos unos segundos, salí canturreando Punky Brewster cuando me di cuenta de que allí, ya no estaban mis padres. Con ojos vidriosos, me acerqué al chico que echaba la gasolina, sin decirle nada, fingiendo que controlaba todo aquel panorama tan suculento para servicios sociales. Sin embargo, el chico me preguntó:
— ¿Y tus padres?
A lo que yo respondí, engañándome a mí misma por primera vez:
— Han ido a dar la vuelta.
¿A darla a dónde? ¿A Bormujos?
Una parte de mí no quería desvelar que ese maldito electricista y esa maldita chef, no eran como el mundo pensaba. Tenía que guardar aquel secreto familiar, tenía que vender naranjas de gasolinera, mira niña qué buenas las tengo, hasta que pudiera pagarme otra vida; pero jamás, jamás, desenterrar ese vergonzoso secreto familiar.
Y, mientras los eslóganes para la venta de cítricos empezaban a formarse en mi cabeza mezclándose con la intro de Punky, aparecieron mis padres en un coche que bien podría haber llegado a Bormujos en solo 20 minutos.
Mi madre, ansiosa, salió por la ventanilla directamente mientras gritaba: cuánto has crecido hija mía. Mi padre, como reconocido miope, apartaba las lágrimas de sus cristales.
Todo había sido un despiste, no me habían oído decir que iba al servicio, que, llegando a Punta Umbríaaaaa, ojo, al menos no se dieron un baño en la playa antes, se percataron de que les faltaba el paquete.
Sin embargo, ya era demasiado tarde, ya había integrado en mi ser, la publicidad como forma de vida.
Por esto, por haber estudiado Publicidad y RRPP, por haber cursado Creatividad Publicitaria en The Atomic Garden y otras cositas más que puedes leer en mi CV, puedo decir que: